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15.3. Mis Observaciones sobre el caballo y el Jinete.




Por: Don Wenceslao Rosell Urquiaga.


CAPITULO III


ENSEÑANZA DEL CABALLO DE TROTE.


Respetando las muchísimas obras y autorizadas opiniones que sobre el tema de esta parte existen, diré mi opinión en forma siempre desinteresada, basada en mis conocimientos y practicas adquiridas en el arte de cabalgar.


I. MOVIMIENTOS INNECESARIOS


Los hay que confunden al jinete y al caballo mismo, a saber:


a) Medias vueltas invertidas;

b) Doblar y doblar y cambiar de mano y

c) La pirueta invertida, etc.


En cambio, hay otros movimientos que deben ser ampliados y perfeccionados, como el ladeo, el que debe efectuarse con espalda adelantada; con grupa adelantada, con grupa y cabeza adelantada; en círculo, además, por dar ello gran flexibilidad. Pues independiza el “cuarto anterior” (amortiguamiento) del “posterior” (motor), obligando a cambiar completamente de equilibrio, cuando pasa el animal del apoyo de la derecha al de la izquierda o viceversa.

De todo lo dicho se obtiene a la larga un caballo suavizado y atento a obedecer a la menor indicación e insinuación que se le haga. Unido esto a lo que más luego trataremos, se consigue siempre hacer innecesario el uso visible de las riendas, quedando el animal completamente metido en manos y a merced del asiento, piernas y espuela. Con ello se alcanza hasta el lujo de poder reemplazar el cuero de las riendas por delicadas cintas.


II. MI CLASIFICACION DEL MOVIMIENTO


Yo reduzco los movimientos con éxito, a:


a) Medias vuelta naturales;

b) Vueltas;

c) Círculos;

d) Serpentinas;

e) Ochos;

f) Rotación sobre los anteriores;

g) Rotación sobre los posteriores y

h) Ladeos en las formas indicadas ya.


Todo esto ha de hacerse en forma natural, y como se ha explicado para el caballo de paso. Al principio se hará en grandes diámetros y después, en pequeños, al paso, al trote, al trote concentrado y al galope.

También hay que mencionar las flexiones que es el principio de la concentración y de donde derivan el “Passage”, el “trote suspendido” y el de “extensión”; todos estos aires son de alta escuela.

De la misma manera que al caballo de paso, al de trote se le comienza a enseñar sobre parado y tranquilamente. La diferencia básica de la educación entre ambos caballos estriba, como ya lo manifesté, en el vaciar y retener la grupa y en la forma de ejecutar la flexión, pues al primero se le pide la flexión hacia adentro acompañado con la pierna del mismo lado; mientras que al del trote, debido a su diagonalización, se pide o manda con cara hacia afuera acompañado con la pierna de adentro. Se ejecuta sobreparado, exigiéndole meta el posterior obedeciendo a la pierna. Se le pide al paso y después al trote; valiéndose de un muro. Esto provoca la metida y suspensión de los posteriores y al presión de la rienda contraria lateral; ocasiona y exige la cesión del bocado, a la vez que la flexión de la mandíbula y la nuca. Ocasiona, también, gran trabajo para conseguir el equilibrio vertical, dando elegancia y actitud enérgica.


III. LA EDUCACION DEL CABALLO A PIE


Se tiene en la alta escuela la educación a pie, como poderoso auxiliar, para ahorrar tiempo. Debe hacerse, si, pero con mucho cuidado. Generalmente se aconseja esta clase de educación en los jinetes muy capacitados o algo cansados o atemorizados para las defensas. Lo correcto y que da gala es conseguir la educación desde arriba, es decir montando. Como aspecto de educación gradual ello presta muy buenos servicios.

Se emplea como ayudas en este caso, las manos del jinete para la boca, practicando lo que ya dije sobre el tacto al respecto, y un fuete largo que reemplaza las espuelas usándolo con toques debidos y oportunos.


IV. CLASES DE TOQUES


Ellos se deben dar en los brazos, tras la rodilla, para suspender y provocar, a su vez, la suspensión de la espalda; en los posteriores, adentro, tras el corvejón, para el mismo efecto en ellos; en el corvejón mismo, para impulsarlo; entre el riñón y la grupa, para la suspensión de uno y otro posterior. Con ello se consigue poner al caballo en la mano, como se dice, suavizado de la boca, por lo que cede el bocado, hacer el “piafe”, “paso español”, el “pasaje” mismo, puesto que es el “piafe” avanzando.


V. CONCLUSION


En conclusión, lógico es que por más claridad y precisión o minuciosidad que se ponga en la descripción teórica de tales usos, para conseguir la alta escuela, no se llegará a la explicación útil y exacta hasta no ver ejecutadas, por un perito, todo lo dicho por mi afición honrada. Solo viéndolo, se podría aprovechar de los momentos en que se inicia tal o cual ejecución solicitada por el educador para conseguir una diagonalización perfecta.

A propósito de la educación a pie citaré el siguiente caso: tuve ocasión una vez, de montar un caballo de circo Whity cedido por su dueño, quien me aseguro enfáticamente que estaba en alta escuela. Era el animal un bonito zaino y puro “orloff” o "orlov", según sus papeles. Una vez montado en él, busque al caballo con las ayudas precisas y netas de concentración, suspensión, flexibilidad y, cuál no sería mi sorpresa cuando ví que nada conseguía de alta escuela. Decidí entonces usar otra técnica más dura, lo busque entonces, sujetándolo de las riendas y aplicándole las espuelas desordenadamente. Acto seguido percibí que el animal procedía a realizar el “piaffé” en forma esplendida, dicho sea de paso; después trote suspendido; y, para el ladeo, lo dirigí con el fuete tocando de un lado para otro, e iba y venía perfectamente. Cito este caso como un ejemplo concreto de uno de los peligrosos que tiene la educación a pie, la que quita todo el valor a la verdadera alta escuela, que sin tacto no es tal escuela. Debe, pues prohibirse, en una buena educación, el uso del látigo y del trabajo a pie.




VI. PRESENTACION Y “TOILETTE”


Hemos llegado al fin de estudio sencillo; si peco en su forma literaria, se debe a que he tenido que sacrificar la forma al fondo técnico y las palabras especiales que se tiene que emplear en equitación de grado o por fuerza.

Ahora solo me resta hablar de la presentación y la “toilette” que como  aficionado exigente juzgo es el 75% del valor del caballo, en el nacional o en el de trote. ¿Qué haríamos? :

a) Con un animal que lleva la cabeza baja o destapada;

b) Uno de trote en igual actitud;

c) O ambas clases de caballo con cuello al revés y tusado de arco;

d) Con orejas largas y afeitado a navaja con gran ribete y mosca chiquita;

e) O de cola levantada y corte alto;

f) O de precioso color y con el pelo crecido;

g) O de bonita cola enredada;

h) O de cabeza chica y quijada cubierta de barba;

i) O con un rico apero y la guarnición a un lado;

j) O con un elegante Marquis y con el fieltro salido;

k) O con gran correaje pero desaseado;

l) O con fina madera en los estribos pero sin charolar;

m) O con un buen bocado pero oxidado.

Solo el aficionado podría responder sobre todos estos tópicos de la presentación de un caballo. En su actitud, por su educación; y en su “toilette” por el arreglo apropiado al tipo del caballo y por el arreo limpio y bien puesto.


VII. CONCLUSION GENERAL


Un grave error de todos los tratadistas de Equitación es querer darle primacía a la educación del caballo sin antes completar la del jinete, que siendo jinete capaz lo primero es muy fácil.

Hay que educar a un jinete en el arte de hacer un caballo de equitación. Es verdad que ambos momentos se complementan; pero es muy difícil hacer un jinete consciente de su misión artística y técnica a la vez.

Por ello fui algo extenso en hablar del trote sin estribo, con el fin de dar a conocer el factor “tacto” haciendo así al jinete. Cuando se conoce al caballo por el tacto ya entonces es fácil educarlo por la técnica, montado, o de pie. De otra suerte no se puede conseguir el efecto artístico derivado de la causa o toque que se hace para mandar y conseguir la obediencia de la figura que se ha solicitado.


VIII. INVOCACION DEL AFICIONADO


Como estas líneas van dirigidas a mis hijos, en especial; en la justa creencia de que me han de oír, diré que en este mundo todos los hombres tenemos “de poeta y loco un poco”, como reza el sabio refrán. En lo que a mí me toca, mi tema es la equitación; noble porque esta desprovista de provecho comercial. Mi afición esta aliada a un animal inofensivo cuando esta educado. A mis hijos les ruego que si no tienen ninguna la adquieran y le dediquen mucho amor y ojala fuera algo útil para la humanidad, una profesión, o la música o la simple lectura buena y útil; porque así como yo me recreo sobre un caballo educado, que debo confesarles que lo hago por amor a la libertad y al placer del dominio que la inteligencia tiene sobre la bestia irracional; pues montar a caballo significa dos placeres: placer de dominio y poder de defensa; triunfo de la razón sobre el mero instinto zoológico puro, en mi lucha por la vida la mitigo cabalgando. Cuando se está a caballo se deja de lado todas las preocupaciones vanas de esta tierra. Se vuelve a vivir la época primitiva en que el hombre conquisto el mundo y venció a los seres irracionales. La personalidad se acrecienta, se torna optimista y resuelta, y sin exagerar, los dolores físicos si no se curan, por lo menos se mitigan en el momento de estar acaballo.

Cuando les pregunten por mi caballo digan: como esta mi compañero…………

SUPLEMENTO

Reglas para los distintos movimientos en la educación del caballo de trote, sacadas del libro “Producción y Doma del Caballo” de Jorge Bonenfont.


PRIMER GRUPO.- Progresión: Cambio de mano diagonal.- Marcha circular.- Paso de rincón.- Doblar.- Doblar y cambiar de mano.- Media vuelta.- Media vuelta invertida.- Vuelta.- Serpentina.- Número ocho.

Recordemos, una vez más, que toda esta educación debe verificarse manteniendo el centro de gravedad atrás, debiéndose llevar el cuello un poco alto y los movimientos preparados, sobre todo en las marchas vivas por semiparadas. El jinete, en todo momento, debe tener la impresión que el caballo no continua el movimiento que se le ha exigido en virtud de nuevas y constantes indicaciones, primero imperceptibles y que el animal irá francamente adelante en la dirección, donde se hallara en el momento en que cesara la indicación. En efecto, muchos caballos adivinan el movimiento que se les quiere hacer ejecutar y lo terminan por sí mismos. Este exceso de inteligencia, bueno a cultivar en la doma de circo, debe, por el contrario, combatirse rigurosamente en la equitación ordinaria en la que el caballo tan solo debe permanecer atento en todo momento a las indicaciones de su jinete. Así, el mejor medio consiste, desde la primera manifestación de este exceso de buena voluntad, que se convierte en una falta, en engañar al caballo en sus previsiones, interrumpiendo el movimiento empezado para enderezarlo, o hacerle ejecutar otro.

Cambio de mano diagonal.- El cambio de mano diagonal es una línea trazada diagonalmente de uno a otro lado del picadero o del rectángulo que hace sus veces. Para ejecutarlo, desplazar ligeramente el tercio anterior hacia dentro (rienda directa y rienda contraria), después colocar nuevamente el caballo recto en sus riendas, empujándolo adelante sobre la línea del cambio de mano. Llegando a la pista opuesta, desplazar de nuevo el tercio anterior, pero en sentido contrario, por medios análogos pero inversos.


Marcha circular.- Consiste en hacer describir al caballo un gran circulo. Se obtiene repitiendo continuamente la exigencia de desplazamiento de tercio anterior como en el cambio de mano, empujando en todo momento al caballo en la nueva dirección que toma. La marcha, primeramente poligonal, se vuelve poco a poco circular.


Paso del rincón.- En toda la educación precedente se ha dejado pasar al caballo los rincones como ha querido; generalmente cortándolos. El paso del rincón, bien ejecutado, consiste en hacer entrar el caballo en el rincón y después hacerle salir.

Para entrar en el rincón, hay que resistir el caballo, el cual desea evitarlo.

Para ello hay que emplear la rienda exterior abierta y la rienda interior baja y cerrada, empujando mucho al caballo con las piernas, hallándose la exterior un poco más atrás, para conducir ligeramente hacia adentro la grupa, la cual empujara así más fácilmente las espaldas hacia el rincón. Este desplazamiento de la grupa al interior debe ser imperceptible y más bien tendencia que realidad.

Para salir del rincón abrir y elevar la rienda de dentro, bajando la de fuera, haciendo sentir la pierna de adentro un poco más atrás, para reemplazar nuevamente el tercio anterior sobre la pista.

El paso del rincón constituye uno de los medios de flexibilidad más poderosos. El caballo, en efecto, ayudado y sostenido moralmente por el cercado, comprende mejor y obedece más fácilmente, resultando de ello una gran flexibilidad del paso del equilibrio de entrada en el rincón al de la salida.


Doblar.- Doblar es una línea ideal que corta longitudinalmente o transversalmente el picadero y por la que se hace recorrer al caballo. El doblar se obtiene por los mismos medios que el paso del rincón; las ayudas exteriores; no estando socorridas por el muro, hay que emplearlas con más energía. Es necesario tener mucho cuidado de enderezar bien el caballo durante la travesía del picadero.


El doblar y cambiar de mano.- se verifica de la misma manera, pero tomando de nuevo la pista con la otra mano después de haber atravesado el picadero.


La media vuelta.- La media vuelta, es un semicírculo de pequeño diámetro, tangente a la pista por una de sus extremidades y ligada a la otra pista por una oblicua. Según que el caballo la describa saliendo de la pista por el semicírculo o por la oblicua, la media vuelta se llama ordinaria e invertida.


Para ejecutarla, hacer describir al caballo el semicírculo por las ayudas de doblar repetidas, y la oblicua por la de cambio de mano.


La vuelta.- La vuelta es un círculo de pequeño diámetro que se hace ejecutar al caballo por las ayudas de doblar repetidas, esforzándose en mantener con las piernas la grupa sobre el círculo. Frecuentemente, el caballo verifica fácilmente los tres cuartos de la vuelta, buscando escapar de las espaldas en el final de movimiento, moderando la marcha enormemente. Para obviar este inconveniente, hay que apretar mucho el caballo con las piernas, aflojando casi completamente la rienda de centro; entonces domina la rienda contraria y las espaldas se escapan sobre el círculo.


La serpentina.- Como indica su nombre, la serpentina es una línea sinuosa que se hace describir al caballo, formándole a modificar en todo instante su equilibrio con una y otra mano, siendo sensiblemente las ayudas las mismas que para las medias vueltas.


El número ocho.- Este movimiento está formado por la reunión de dos vueltas tangentes, ejecutadas una por una mano y la otra con la restante. La flexibilidad se obtiene, sobre todo, por el cambio de equilibrio necesario al cambio de vuelta.


Todos estos movimientos primeramente ejecutados al paso, se repiten después al trote y más tarde al galope.


SEGUNDO GRUPO.- Progresión: Media vuelta sobre las espaldas o pirueta invertida.- Media vuelta y cambios de mano reteniendo las ancas.- Grupa hacia dentro.- Espalda adentro.- Cabeza al muro.- Medias vueltas.- Cambios de mano y contracambio de mano de dos pistas. Piruetas sobre las ancas.

Para más claridad, en esta parte, como en la siguiente, supondremos al jinete trabajando con la mano derecha; los movimientos de mano izquierda ejecutándose por los mismos principios pero con medios inversos.


Media vuelta sobre las espaldas o pirueta invertida.- Asegurar la pierna derecha cerca de la cincha, llevar el asiento a la derecha, tender la rienda izquierda bajándola en la dirección de la rodilla izquierda del jinete; sostener con la rienda derecha para impedir al cuello plegarse a la izquierda, resbalando la pierna izquierda hacia atrás. La rienda izquierda y la pierna izquierda son las ayudas activas de este movimiento, uniendo sus efectos. La rienda derecha y la pierna derecha solo tienen el papel de vigilantes para impedir al caballo apoyar hacia la derecha o recular.

Hacia el final del movimiento, puede suceder que las espaldas, muy sostenidas a la izquierda, se inclinen a la derecha; basta entonces sostenerlas a la derecha, bajando la mano derecha.

La media vuelta de las espaldas es el medio de doma más simple y rápida para enseñar al caballo a obedecer la acción aislada de la pierna, apartándola. Su inconveniente es ser un movimiento emplazado y, por consiguiente, tender al aculamiento. Esta tendencia se combate por frecuentes tiempos de trote. Su empleo debe limitarse al conocimiento de la acción aislada de las piernas, practicando las medias vueltas y cambios de mano, reteniendo las ancas y luego ejercitando los demás movimientos de las dos pistas.


Media vuelta y cambio se mano reteniendo las ancas.- algunos pasos antes de llegar por la oblicua a la pista, con la otra mano abrir la rienda derecha elevándola, bajar la rienda izquierda para empujar las espaldas a derecha, asegurarla pierna derecha a la cincha, desplazando el asiento a derecha. Cerrar la pierna izquierda atrás, obrando enérgicamente por presiones repetidas. Como siempre, alternar los efectos de las manos y de las piernas.


Grupa hacia dentro.- Provocar un paso de media vuelta sobre la espaldas, luego abrir rienda derecha elevándola, bajar la rienda izquierda cerrándola, asegurar la pierna izquierda a la cincha; desplazando el asiento a la derecha, cerrar la pierna izquierda atrás y obrar por presiones repetidas.


Espalda hacia adentro.- Desplazar las espaldas hacia la derecha como para tomar un cambio de mano, luego abrir la rinda izquierda elevándola; bajar la derecha cerrándola, asegurar la pierna izquierda a la cincha y desplazar el asiento ala izquierda. Cerrar la pierna derecha atrás y obrar por presiones repetidas.

En todos estos movimientos, las ayudas laterales (pierna izquierda y rienda izquierda para apoyar hacia la derecha y recíprocamente) predominan, y el caballo obedece a su acción enérgicamente. El animal apoya mirando el lado de donde proviene la acción.


Cabeza al muro y grupa al muro.- A medida que el caballo ejecuta el trabajo precedente, se va flexibilizando, llegando un momento en que las espaldas apoyan más rápidamente que las ancas; entonces es conveniente regular su desplazamiento por la acción de la rienda directa, más o menos baja, como rienda de sostenimiento. El caballo mira entonces del lado hacia el cual se apoya; la grupa hacia dentro se convierte entonces en cabeza al muro, y la espalda dentro, engrupa al muro.


Medias vueltas.- Cambios de mano y contracambios de mano de dos pistas. Se pueden hacer recorrer al caballo las líneas oblicuas de la media vuelta y del cambio de mano, haciéndole marchar en dos pistas, encuadrándole sin cesar entre las ayudas de la espalda adentro y de la grupa al muro

Los contracambios de mano de dos pistas suavizan mucho al caballo, obligándole a cambiar completamente su equilibrio para pasar del apoyo hacia la derecha al apoyo hacia la izquierda, siendo por consiguiente el jinete dueño de repartir su peso. Es un procedimiento de doma excelente, pudiendo por si solo substituir los demás movimientos de dos pistas. No es, en efecto, lo mismo, la continuidad del apoyo, saludable al caballo, como las modificaciones de equilibrio en el sentido del apoyo.


Piruetas sobre las ancas.- Hacer describir al caballo una vuelta cada vez más pequeña, esforzándose en mantener las ancas al centro; para ello bajar la rienda izquierda tirándola ligeramente; abrir francamente la rienda; hacer sentir enérgicamente las piernas para impedir que el caballo recule. Hacia la terminación del movimiento, aumentar la acción de la pierna izquierda más atrás para impedir que la grupa sobrepase a la izquierda.


TERCER GRUPO.- Galope.- Partida.- Cambio de pie.


Galope.- Colocar el caballo como para la cabeza al muro en dicha mano, lo cual carga el posterior a la izquierda, manteniendo este equilibrio por semiparadas, si hay lugar.


Partida.- Apretar el caballo con las dos piernas aflojando la mano después de haber señalado una ligera oposición de la rienda izquierda destinada a parar un instante el peso en un desplazamiento adelante, haciéndole refluir sobre la espalda.


Cambio de pie.- En seguida, puede pedirse al caballo el cambio de pie. Este movimiento, cuando esta bien ejecutado, constituye uno de los criterios de la perfecta suavidad y buen equilibrio del caballo. No es más, en resumen, que un nuevo arranque con el pie opuesto. El modo más racional de obtenerlo es hacer pasar el caballo por el paso, antes de pedirle nueva salida sobre el otro pie. Este periodo intermedio de paso, es cada vez más corto, y acaba por desaparecer a medida que la educación del caballo se hace más completa.

Referencias:
Blog, Guillermo Pinillos Llontop
Passage,www.ecuestreonline.com 
Orloff, www.gratislibros.com
Orlov, www.ecured.cu
Piaffe,domaclasicaycaballos.blogspot.com

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