Por: Don Wenceslao Rosell Urquiaga.
CAPITULO III
ENSEÑANZA DEL CABALLO DE TROTE.
Respetando las muchísimas obras y
autorizadas opiniones que sobre el tema de esta parte existen, diré mi opinión
en forma siempre desinteresada, basada en mis conocimientos y practicas
adquiridas en el arte de cabalgar.
I. MOVIMIENTOS INNECESARIOS
Los hay que confunden al jinete y
al caballo mismo, a saber:
a) Medias vueltas invertidas;
b) Doblar y doblar y cambiar de mano y
c) La pirueta invertida, etc.
En cambio, hay otros movimientos
que deben ser ampliados y perfeccionados, como el ladeo, el que debe efectuarse
con espalda adelantada; con grupa adelantada, con grupa y cabeza adelantada; en
círculo, además, por dar ello gran flexibilidad. Pues independiza el “cuarto
anterior” (amortiguamiento) del “posterior” (motor), obligando a cambiar
completamente de equilibrio, cuando pasa el animal del apoyo de la derecha al
de la izquierda o viceversa.
De todo lo dicho se obtiene a la
larga un caballo suavizado y atento a obedecer a la menor indicación e
insinuación que se le haga. Unido esto a lo que más luego trataremos, se
consigue siempre hacer innecesario el uso visible de las riendas, quedando el
animal completamente metido en manos y a merced del asiento, piernas y espuela.
Con ello se alcanza hasta el lujo de poder reemplazar el cuero de las riendas
por delicadas cintas.
II. MI CLASIFICACION DEL MOVIMIENTO
Yo reduzco los movimientos con
éxito, a:
a) Medias vuelta naturales;
b) Vueltas;
c) Círculos;
d) Serpentinas;
e) Ochos;
f) Rotación sobre los anteriores;
g) Rotación sobre los posteriores y
h) Ladeos en las formas indicadas ya.
Todo esto ha de hacerse en forma
natural, y como se ha explicado para el caballo de paso. Al principio se hará
en grandes diámetros y después, en pequeños, al paso, al trote, al trote
concentrado y al galope.
También hay que mencionar las
flexiones que es el principio de la concentración y de donde derivan el
“Passage”, el “trote suspendido” y el de “extensión”; todos estos aires son de
alta escuela.
De la misma manera que al caballo
de paso, al de trote se le comienza a enseñar sobre parado y tranquilamente. La
diferencia básica de la educación entre ambos caballos estriba, como ya lo
manifesté, en el vaciar y retener la grupa y en la forma de ejecutar la
flexión, pues al primero se le pide la flexión hacia adentro acompañado con la
pierna del mismo lado; mientras que al del trote, debido a su diagonalización,
se pide o manda con cara hacia afuera acompañado con la pierna de adentro. Se
ejecuta sobreparado, exigiéndole meta el posterior obedeciendo a la pierna. Se
le pide al paso y después al trote; valiéndose de un muro. Esto provoca la
metida y suspensión de los posteriores y al presión de la rienda contraria lateral;
ocasiona y exige la cesión del bocado, a la vez que la flexión de la mandíbula
y la nuca. Ocasiona, también, gran trabajo para conseguir el equilibrio vertical,
dando elegancia y actitud enérgica.
III. LA EDUCACION DEL CABALLO A PIE
Se tiene en la alta escuela la
educación a pie, como poderoso auxiliar, para ahorrar tiempo. Debe hacerse, si,
pero con mucho cuidado. Generalmente se aconseja esta clase de educación en los
jinetes muy capacitados o algo cansados o atemorizados para las defensas. Lo
correcto y que da gala es conseguir la educación desde arriba, es decir
montando. Como aspecto de educación gradual ello presta muy buenos servicios.
Se emplea como ayudas en este caso,
las manos del jinete para la boca, practicando lo que ya dije sobre el tacto al
respecto, y un fuete largo que reemplaza las espuelas usándolo con toques
debidos y oportunos.
IV. CLASES DE TOQUES
Ellos se deben dar en los brazos,
tras la rodilla, para suspender y provocar, a su vez, la suspensión de la
espalda; en los posteriores, adentro, tras el corvejón, para el mismo efecto en
ellos; en el corvejón mismo, para impulsarlo; entre el riñón y la grupa, para
la suspensión de uno y otro posterior. Con ello se consigue poner al caballo en
la mano, como se dice, suavizado de la boca, por lo que cede el bocado, hacer
el “piafe”, “paso español”, el “pasaje” mismo, puesto que es el “piafe”
avanzando.
V. CONCLUSION
En conclusión, lógico es que por más
claridad y precisión o minuciosidad que se ponga en la descripción teórica de
tales usos, para conseguir la alta escuela, no se llegará a la explicación útil
y exacta hasta no ver ejecutadas, por un perito, todo lo dicho por mi afición
honrada. Solo viéndolo, se podría aprovechar de los momentos en que se inicia
tal o cual ejecución solicitada por el educador para conseguir una
diagonalización perfecta.
A propósito de la educación a pie
citaré el siguiente caso: tuve ocasión una vez, de montar un caballo de circo
Whity cedido por su dueño, quien me aseguro enfáticamente que estaba en alta
escuela. Era el animal un bonito zaino y puro “orloff” o "orlov", según sus papeles. Una
vez montado en él, busque al caballo con las ayudas precisas y netas de
concentración, suspensión, flexibilidad y, cuál no sería mi sorpresa cuando ví
que nada conseguía de alta escuela. Decidí entonces usar otra técnica más dura,
lo busque entonces, sujetándolo de las riendas y aplicándole las espuelas
desordenadamente. Acto seguido percibí que el animal procedía a realizar el
“piaffé” en forma esplendida, dicho sea de paso; después trote suspendido; y,
para el ladeo, lo dirigí con el fuete tocando de un lado para otro, e iba y venía
perfectamente. Cito este caso como un ejemplo concreto de uno de los peligrosos
que tiene la educación a pie, la que quita todo el valor a la verdadera alta
escuela, que sin tacto no es tal escuela. Debe, pues prohibirse, en una buena educación,
el uso del látigo y del trabajo a pie.
VI. PRESENTACION Y “TOILETTE”
Hemos llegado al fin de estudio
sencillo; si peco en su forma literaria, se debe a que he tenido que sacrificar
la forma al fondo técnico y las palabras especiales que se tiene que emplear en
equitación de grado o por fuerza.
Ahora solo me resta hablar de la
presentación y la “toilette” que como aficionado
exigente juzgo es el 75% del valor del caballo, en el nacional o en el de trote.
¿Qué haríamos? :
a) Con un animal que lleva la
cabeza baja o destapada;
b) Uno de trote en igual actitud;
c) O ambas clases de caballo con
cuello al revés y tusado de arco;
d) Con orejas largas y afeitado a
navaja con gran ribete y mosca chiquita;
e) O de cola levantada y corte
alto;
f) O de precioso color y con el
pelo crecido;
g) O de bonita cola enredada;
h) O de cabeza chica y quijada
cubierta de barba;
i) O con un rico apero y la guarnición
a un lado;
j) O con un elegante Marquis y con
el fieltro salido;
k) O con gran correaje pero
desaseado;
l) O con fina madera en los
estribos pero sin charolar;
m) O con un buen bocado pero
oxidado.
Solo el aficionado podría responder
sobre todos estos tópicos de la presentación de un caballo. En su actitud, por
su educación; y en su “toilette” por el arreglo apropiado al tipo del caballo y
por el arreo limpio y bien puesto.
VII. CONCLUSION GENERAL
Un grave error de todos los
tratadistas de Equitación es querer darle primacía a la educación del caballo
sin antes completar la del jinete, que siendo jinete capaz lo primero es muy
fácil.
Hay que educar a un jinete en el
arte de hacer un caballo de equitación. Es verdad que ambos momentos se
complementan; pero es muy difícil hacer un jinete consciente de su misión
artística y técnica a la vez.
Por ello fui algo extenso en hablar
del trote sin estribo, con el fin de dar a conocer el factor “tacto” haciendo
así al jinete. Cuando se conoce al caballo por el tacto ya entonces es fácil
educarlo por la técnica, montado, o de pie. De otra suerte no se puede
conseguir el efecto artístico derivado de la causa o toque que se hace para
mandar y conseguir la obediencia de la figura que se ha solicitado.
VIII. INVOCACION DEL AFICIONADO
Como estas líneas van dirigidas a
mis hijos, en especial; en la justa creencia de que me han de oír, diré que en
este mundo todos los hombres tenemos “de poeta y loco un poco”, como reza el
sabio refrán. En lo que a mí me toca, mi tema es la equitación; noble porque
esta desprovista de provecho comercial. Mi afición esta aliada a un animal
inofensivo cuando esta educado. A mis hijos les ruego que si no tienen ninguna
la adquieran y le dediquen mucho amor y ojala fuera algo útil para la
humanidad, una profesión, o la música o la simple lectura buena y útil; porque
así como yo me recreo sobre un caballo educado, que debo confesarles que lo
hago por amor a la libertad y al placer del dominio que la inteligencia tiene
sobre la bestia irracional; pues montar a caballo significa dos placeres:
placer de dominio y poder de defensa; triunfo de la razón sobre el mero
instinto zoológico puro, en mi lucha por la vida la mitigo cabalgando. Cuando
se está a caballo se deja de lado todas las preocupaciones vanas de esta
tierra. Se vuelve a vivir la época primitiva en que el hombre conquisto el
mundo y venció a los seres irracionales. La personalidad se acrecienta, se
torna optimista y resuelta, y sin exagerar, los dolores físicos si no se curan,
por lo menos se mitigan en el momento de estar acaballo.
Cuando les pregunten por mi caballo
digan: como esta mi compañero…………
SUPLEMENTO
Reglas para los distintos
movimientos en la educación del caballo de trote, sacadas del libro “Producción
y Doma del Caballo” de Jorge Bonenfont.
PRIMER GRUPO.-
Progresión: Cambio de mano diagonal.- Marcha circular.- Paso de rincón.-
Doblar.- Doblar y cambiar de mano.- Media vuelta.- Media vuelta invertida.-
Vuelta.- Serpentina.- Número ocho.
Recordemos, una vez más, que toda
esta educación debe verificarse manteniendo el centro de gravedad atrás,
debiéndose llevar el cuello un poco alto y los movimientos preparados, sobre
todo en las marchas vivas por semiparadas. El jinete, en todo momento, debe
tener la impresión que el caballo no continua el movimiento que se le ha
exigido en virtud de nuevas y constantes indicaciones, primero imperceptibles y
que el animal irá francamente adelante en la dirección, donde se hallara en el
momento en que cesara la indicación. En efecto, muchos caballos adivinan el
movimiento que se les quiere hacer ejecutar y lo terminan por sí mismos. Este
exceso de inteligencia, bueno a cultivar en la doma de circo, debe, por el
contrario, combatirse rigurosamente en la equitación ordinaria en la que el caballo
tan solo debe permanecer atento en todo momento a las indicaciones de su jinete.
Así, el mejor medio consiste, desde la primera manifestación de este exceso de
buena voluntad, que se convierte en una falta, en engañar al caballo en sus previsiones,
interrumpiendo el movimiento empezado para enderezarlo, o hacerle ejecutar
otro.
Cambio de mano diagonal.- El cambio
de mano diagonal es una línea trazada diagonalmente de uno a otro lado del
picadero o del rectángulo que hace sus veces. Para ejecutarlo, desplazar
ligeramente el tercio anterior hacia dentro (rienda directa y rienda
contraria), después colocar nuevamente el caballo recto en sus riendas,
empujándolo adelante sobre la línea del cambio de mano. Llegando a la pista
opuesta, desplazar de nuevo el tercio anterior, pero en sentido contrario, por
medios análogos pero inversos.
Marcha circular.- Consiste en hacer describir al caballo un gran
circulo. Se obtiene repitiendo continuamente la exigencia de desplazamiento de
tercio anterior como en el cambio de mano, empujando en todo momento al caballo
en la nueva dirección que toma. La marcha, primeramente poligonal, se vuelve
poco a poco circular.
Paso del rincón.- En toda la educación precedente se ha dejado pasar
al caballo los rincones como ha querido; generalmente cortándolos. El paso del
rincón, bien ejecutado, consiste en hacer entrar el caballo en el rincón y
después hacerle salir.
Para entrar
en el rincón, hay que resistir el caballo, el cual desea evitarlo.
Para ello hay que emplear la rienda
exterior abierta y la rienda interior baja y cerrada, empujando mucho al
caballo con las piernas, hallándose la exterior un poco más atrás, para
conducir ligeramente hacia adentro la grupa, la cual empujara así más
fácilmente las espaldas hacia el rincón. Este desplazamiento de la grupa al interior
debe ser imperceptible y más bien tendencia que realidad.
Para salir del rincón abrir y
elevar la rienda de dentro, bajando la de fuera, haciendo sentir la pierna de
adentro un poco más atrás, para reemplazar nuevamente el tercio anterior sobre
la pista.
El paso del rincón constituye uno
de los medios de flexibilidad más poderosos. El caballo, en efecto, ayudado y
sostenido moralmente por el cercado, comprende mejor y obedece más fácilmente,
resultando de ello una gran flexibilidad del paso del equilibrio de entrada en
el rincón al de la salida.
Doblar.- Doblar es una línea ideal que corta longitudinalmente o transversalmente
el picadero y por la que se hace recorrer al caballo. El doblar se obtiene por
los mismos medios que el paso del rincón; las ayudas exteriores; no estando
socorridas por el muro, hay que emplearlas con más energía. Es necesario tener
mucho cuidado de enderezar bien el caballo durante la travesía del picadero.
El doblar y cambiar de mano.- se verifica de la misma manera, pero tomando de nuevo la
pista con la otra mano después de haber atravesado el picadero.
La media vuelta.-
La media vuelta, es un semicírculo de pequeño diámetro, tangente a la pista por
una de sus extremidades y ligada a la otra pista por una oblicua. Según que el
caballo la describa saliendo de la pista por el semicírculo o por la oblicua,
la media vuelta se llama ordinaria e invertida.
Para ejecutarla, hacer describir al caballo el semicírculo
por las ayudas de doblar repetidas, y la oblicua por la de cambio de mano.
La vuelta.- La
vuelta es un círculo de pequeño diámetro que se hace ejecutar al caballo por
las ayudas de doblar repetidas, esforzándose en mantener con las piernas la
grupa sobre el círculo. Frecuentemente, el caballo verifica fácilmente los tres
cuartos de la vuelta, buscando escapar de las espaldas en el final de
movimiento, moderando la marcha enormemente. Para obviar este inconveniente,
hay que apretar mucho el caballo con las piernas, aflojando casi completamente
la rienda de centro; entonces domina la rienda contraria y las espaldas se
escapan sobre el círculo.
La serpentina.-
Como indica su nombre, la serpentina es una línea sinuosa que se hace describir
al caballo, formándole a modificar en todo instante su equilibrio con una y
otra mano, siendo sensiblemente las ayudas las mismas que para las medias
vueltas.
El número ocho.-
Este movimiento está formado por la reunión de dos vueltas tangentes,
ejecutadas una por una mano y la otra con la restante. La flexibilidad se
obtiene, sobre todo, por el cambio de equilibrio necesario al cambio de vuelta.
Todos estos movimientos primeramente ejecutados al paso, se
repiten después al trote y más tarde al galope.
SEGUNDO GRUPO.- Progresión: Media vuelta sobre las
espaldas o pirueta invertida.- Media vuelta y cambios de mano reteniendo las
ancas.- Grupa hacia dentro.- Espalda adentro.- Cabeza al muro.- Medias
vueltas.- Cambios de mano y contracambio de mano de dos pistas. Piruetas sobre
las ancas.
Para más claridad, en esta parte, como en la siguiente,
supondremos al jinete trabajando con la mano derecha; los movimientos de mano
izquierda ejecutándose por los mismos principios pero con medios inversos.
Media vuelta sobre las espaldas o pirueta invertida.- Asegurar la pierna derecha cerca
de la cincha, llevar el asiento a la derecha, tender la rienda izquierda
bajándola en la dirección de la rodilla izquierda del jinete; sostener con la rienda
derecha para impedir al cuello plegarse a la izquierda, resbalando la pierna izquierda
hacia atrás. La rienda izquierda y la pierna izquierda son las ayudas activas
de este movimiento, uniendo sus efectos. La rienda derecha y la pierna derecha
solo tienen el papel de vigilantes para impedir al caballo apoyar hacia la derecha
o recular.
Hacia el final del movimiento, puede suceder que las
espaldas, muy sostenidas a la izquierda, se inclinen a la derecha; basta
entonces sostenerlas a la derecha, bajando la mano derecha.
La media vuelta de las espaldas es el medio de doma más
simple y rápida para enseñar al caballo a obedecer la acción aislada de la
pierna, apartándola. Su inconveniente es ser un movimiento emplazado y, por
consiguiente, tender al aculamiento. Esta tendencia se combate por frecuentes
tiempos de trote. Su empleo debe limitarse al conocimiento de la acción aislada
de las piernas, practicando las medias vueltas y cambios de mano, reteniendo
las ancas y luego ejercitando los demás movimientos de las dos pistas.
Media vuelta y cambio se mano reteniendo las ancas.- algunos pasos antes de llegar por
la oblicua a la pista, con la otra mano abrir la rienda derecha elevándola,
bajar la rienda izquierda para empujar las espaldas a derecha, asegurarla
pierna derecha a la cincha, desplazando el asiento a derecha. Cerrar la pierna izquierda
atrás, obrando enérgicamente por presiones repetidas. Como siempre, alternar
los efectos de las manos y de las piernas.
Grupa hacia dentro.- Provocar un paso de media vuelta sobre la espaldas, luego abrir rienda
derecha elevándola, bajar la rienda izquierda cerrándola, asegurar la pierna
izquierda a la cincha; desplazando el asiento a la derecha, cerrar la pierna
izquierda atrás y obrar por presiones repetidas.
Espalda hacia adentro.- Desplazar las espaldas hacia la derecha como para tomar un cambio de
mano, luego abrir la rinda izquierda elevándola; bajar la derecha cerrándola,
asegurar la pierna izquierda a la cincha y desplazar el asiento ala izquierda.
Cerrar la pierna derecha atrás y obrar por presiones repetidas.
En todos estos movimientos, las ayudas laterales (pierna
izquierda y rienda izquierda para apoyar hacia la derecha y recíprocamente)
predominan, y el caballo obedece a su acción enérgicamente. El animal apoya
mirando el lado de donde proviene la acción.
Cabeza al muro y grupa al muro.- A medida que el caballo ejecuta el trabajo precedente, se
va flexibilizando, llegando un momento en que las espaldas apoyan más
rápidamente que las ancas; entonces es conveniente regular su desplazamiento
por la acción de la rienda directa, más o menos baja, como rienda de
sostenimiento. El caballo mira entonces del lado hacia el cual se apoya; la
grupa hacia dentro se convierte entonces en cabeza al muro, y la espalda
dentro, engrupa al muro.
Medias vueltas.-
Cambios de mano y contracambios de mano de dos pistas. Se pueden hacer recorrer
al caballo las líneas oblicuas de la media vuelta y del cambio de mano,
haciéndole marchar en dos pistas, encuadrándole sin cesar entre las ayudas de
la espalda adentro y de la grupa al muro
Los contracambios de mano de dos pistas suavizan mucho al
caballo, obligándole a cambiar completamente su equilibrio para pasar del apoyo
hacia la derecha al apoyo hacia la izquierda, siendo por consiguiente el jinete
dueño de repartir su peso. Es un procedimiento de doma excelente, pudiendo por
si solo substituir los demás movimientos de dos pistas. No es, en efecto, lo
mismo, la continuidad del apoyo, saludable al caballo, como las modificaciones
de equilibrio en el sentido del apoyo.
Piruetas sobre las ancas.- Hacer describir al caballo una vuelta cada vez más
pequeña, esforzándose en mantener las ancas al centro; para ello bajar la rienda
izquierda tirándola ligeramente; abrir francamente la rienda; hacer sentir enérgicamente
las piernas para impedir que el caballo recule. Hacia la terminación del
movimiento, aumentar la acción de la pierna izquierda más atrás para impedir que
la grupa sobrepase a la izquierda.
TERCER GRUPO.- Galope.- Partida.- Cambio de pie.
Galope.-
Colocar el caballo como para la cabeza al muro en dicha mano, lo cual carga el
posterior a la izquierda, manteniendo este equilibrio por semiparadas, si hay
lugar.
Partida.-
Apretar el caballo con las dos piernas aflojando la mano después de haber
señalado una ligera oposición de la rienda izquierda destinada a parar un instante
el peso en un desplazamiento adelante, haciéndole refluir sobre la espalda.
Cambio de pie.-
En seguida, puede pedirse al caballo el cambio de pie. Este movimiento, cuando
esta bien ejecutado, constituye uno de los criterios de la perfecta suavidad y
buen equilibrio del caballo. No es más, en resumen, que un nuevo arranque con
el pie opuesto. El modo más racional de obtenerlo es hacer pasar el caballo por
el paso, antes de pedirle nueva salida sobre el otro pie. Este periodo
intermedio de paso, es cada vez más corto, y acaba por desaparecer a medida que
la educación del caballo se hace más completa.
Referencias:
Blog, Guillermo Pinillos Llontop
Passage,www.ecuestreonline.com
Orloff, www.gratislibros.com
Orlov, www.ecured.cu
Piaffe,domaclasicaycaballos.blogspot.com
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